Terminada la Semana Santa, el pueblo de Pesé, principal emisor de turismo religioso de la región, enfrenta la posibilidad de que esta tradición de más de 60 años, llegué a su fin.
La razón, el anuncio del organizador de la actividad de no continuar con la actividad, debido al poco apoyo y falta de recursos económicos para realizarla.
Son miles de dólares los que cada año se invierten en Pesé en la confección de escenarios, tarimas, vestuarios, sonido, entre otros gastos, para la realización del drama en vivo.
Miles de personas de todo el país llegan hasta Pesé cada año para ver la representación, llena de realismo y efectos, mientras que muchísimos más lo ven a través de la transmisión en vivo por televisión.
A pesar de esto, Rafael Navarro, coordinador del drama, indicó que es casi nulo el apoyo de las entidades de gobierno relacionadas al sector turismo y cultural, al igual que la empresa privada.
"Para mi es difícil, esto lo hago por tradición y fe, pero este es mi último año. Hay que darle paso a las nuevas generaciones", indicó Navarro.
Moradores consultados pidieron a sus autoridades locales que se impulse la creación de un patronato, además de una ley para que esta tradición no desaparezca y se destinen los fondos necesarios para su realización.
Este año la Semana Santa viviente de Pesé cumplió 68 años de realización, detenida únicamente durante tres años debido a la pandemia de Covid-19.